Por José Renán Trujillo García
Amigas y amigos
vallecaucanos:
En el año 1958 se crearon
las Juntas de Acción Comunal y desde aquel momento mucha agua ha corrido debajo
del puente. Para acompasarlas en su funcionamiento con el periodo
constitucional establecido para alcaldes, la Ley 743 del año 2002 estipuló la
elección cada cuatro años.
Quien sancionó en calidad
de presidente de la república la Ley, fue Alberto Lleras Camargo y escuchen
ustedes apreciados oyentes de Vox Populi la esencia para la cual fueron
creadas: se dio origen al movimiento comunal para permitir que los gobiernos
locales contaran con la colaboración de vecinos para construir carreteras,
puentes y caminos vecinales, viviendas y hasta mejorar escuelas, entre otras
tareas voluntarias en obras de infraestructura y prestación de servicios.
Imagínense ustedes la
maravilla de fundamento. Confiar en la colaboración ciudadana para beneficio de
sus propias comunidades. ¿Hay algo de más clara estirpe socialdemócrata que esa
sustentación? Seguramente existen muchas otras inventivas comunitarias que han
ido con el paso del tiempo, quedando en el gabinete de las normas que jamás se
aplican por falta de voluntad política.
La elección popular de
alcaldes y gobernadores fue un gran paso de la democracia. Fue la apertura a
que la ciudadanía escogiera de manera libre sus gobernantes. Fue la culminación
de la etapa nacional de escoger a dedo los gobernadores y a través de estos los
alcaldes en todo el territorio nacional.
Solo unos cuantos podían,
por privilegios diversos, acceder a la conducción de los destinos regionales
contando eso sí, con el beneplácito del gobernante nacional de turno quien se
prestaba a escuchar las sugerencias de jefes políticos departamentales que
representaban o posaban de voceros de sectores privilegiados de la ciudadanía,
desconociendo de tajo los sentimientos mayoritarios de la población.
Ahora que, para bien o para
mal, se escoge por voto popular a gobernadores y alcaldes, se debe dar el paso
socialdemócrata, de contar con las Juntas de Acción Comunal para una verdadera
revolución social en los sectores populares de cada ciudad.
¿Será posible alcanzar
tanta belleza?
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