martes, 21 de junio de 2016

El nuevo Código de Policía ha generado muchas reservas

Por:José Renán Trujillo 


Amigas y amigos vallecaucanos,

Nadie duda de la urgente necesidad que existía, para que el Congreso legislara expidiendo un Código de Policía que se ajustara a la realidad del país. Normas obsoletas las que estaban vigentes, pues desde 1971 no se actualizaba la normatividad.

Durante 45 años fue una importante herramienta para que la fuerza civil pudiera, con base en lo allí estipulado, poder defenderse.

El Congreso entendió la urgencia pero incurrió, en mi sentir, en la reiterada falencia de hacerlo con tal prontitud, que impidió a los congresistas entrar al detalle minucioso que evite la comisión de abusos en su aplicación.

Foto: Escudo de la Policía Nacional de Colombia de  www.wikimedia.org


A muchos analistas les quedó la sensación que puede haber quedado impregnada de tal grado de flexibilidad, que puede llevar a abuso de ejercicio de poder por parte de integrantes de la fuerza pública. 

No se puede desconocer que permanentes son las denuncias de excesos cometidos por miembros de ese cuerpo tan necesario para la seguridad de nuestra sociedad. Como tampoco es dable negar, los ingentes esfuerzos que realizan sus directivas nacionales, regionales y locales para  colocar controles que eviten la fácil exageración en el cumplimiento de los deberes de algunos de sus miembros.

Las mayores quejas residen en que se le ha otorgado a los policías, la facultad de “penetrar” en los domicilios, sin una orden judicial, “cuando fuese de imperiosa necesidad”; el permiso de entrar a desconectar los objetos que estén incumpliendo las normas de ruido, la posibilidad de los policías de “escoger” el uso de la fuerza que cause menor daño a la integridad de las personas y de sus bienes; el “traslado por protección” cuando la persona esté embriagada o bajo el efecto de sustancias psicoactivas, y la limitación de la protesta supeditándola siempre a tener autorización del estado,que podrá decidir si considera que la manifestación tiene “ un fin legítimo”.

Confío en dos cosas fundamentales: la primera, que ante el afán del Congreso la Corte Constitucional asuma la revisión que dictamine que el Nuevo Código esté dentro de los límites de la constitución nacional; y segundo, que la Dirección Nacional de la Policía sea lo suficientemente cautelosa para prevenir las lamentables situaciones de abuso de autoridad que hemos vivido en el pasado y que anhelamos no se repitan en el futuro.




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