Por: José Renán Trujillo
En 1990 , hace 26
años, cuando participé como candidato a ocupar el cargo de Alcalde por elección
popular, propuse en mi programa de gobierno la contratación de estudios que
permitieran visualizar la viabilidad de un tren de cercanías como previsión al
tema de movilidad que en los siguientes años exigiría una solución de ese tipo.
Gobernar sin visión
de futuro, no garantiza la proyección de una ciudad que, como Cali, debe contar
con la debida planificación y planeación para ir preparándola de manera
constante y permanente en su proyección hacia el progreso y desarrollo. Los
antecedentes sustentan tal afirmación.
Cali entre tanta
fortuna que le acompaña, posee debidamente instalado un corredor férreo que le
cruza de norte a sur hasta la población de Suarez, en el Cauca; y en la
dirección noreste-sureste desde Suarez hasta Popayán; sin olvidar la vía que
nos conduce hacia el puerto de Buenaventura y el trayecto hacia el norte del
departamento llegando hasta La Tebaida en el Quindío.
En la época de los
años 2001 a 2003, en la Estación del Ferrocarril se colocó un vagón como
mostrario de lo que podría ser un proyecto de movilidad. Hoy ese vagón está en
medio de la manigua y los estudios que costaron cinco mil millones de la época
no se sabe dónde están refundidos, engavetados o irremediablemente perdidos.
Hace 16 años, en la
Plaza de Caycedo y en la ciclovía de la Calle Novena, se instaló un vagón de un
tren ligero donado por el gobierno sueco acompañado de un video que
satisfaciera la curiosidad de los caleños que querían conocer el posible
proyecto y las rutas que cubriría el tren ligero para beneficio de la comunidad
caleña en sus diferentes comunas. La administración de ese entonces estuvo
interesada en el proceso hasta el año 2001 cuando lo descartó para empeñarse en
el de los buses articulados que hoy prestan su servicio con un amplio menú de
inconvenientes.
La oficina de
Planeación Municipal ha dado a conocer la versión del Plan de Desarrollo
aprobado por el Concejo municipal. No hay allí, un real proyecto de ciudad y no
se le otorga la importancia debida al plan integral de movilidad urbana. Eso
sin contar con el descarte que, ya de plano, le dio el actual alcalde a
cualquier proyecto de metro, tranvía o tren de cercanías para Cali, lo que
prácticamente condenaría a la ciudad a su atraso en movilidad e infraestructura
pues también, sin siquiera sonrojarse, ha dicho que no terminará las 21
Megaobras.
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