Por: José Renán Trujillo
Hoy, como un orgulloso hijo de Santiago de Cali me siento feliz y dichoso con la ciudad que hoy celebra sus 480 años de fundación.
Muchos creen que ser caleño es sinónimo de cualidades como ser alegre, amable y rumbero; pero en realidad ser caleño es algo que va mucho más allá: es un estado del alma, un ADN particular que significa, además, tener siempre una sonrisa para el otro, ser solidarios, emprendedores y trabajar sin descanso, por la senda correcta, hasta alcanzar lo que nos proponemos.
Foto:Comunicaciones José Renán Trujillo |
Sin embargo, el caleño del Siglo XXI tiene como tareas pendientes recuperar la confianza en sí mismo, dejar de competir y empezar a trabajar más en equipo,derrotar el 'calicanibalismo' para, unidos todos, impulsar la ciudad hacia un verdadero progreso y desarrollo. Asimismo, rescatar los valores de ciudad cívica dándole cabida a grupos sociales como la comunidad Lgbti, los afrodescendientes y los indígenas pues todos tenemos igual derecho a disfrutar de esta, La Sucursal del Cielo.
Hoy, en sus 480 años mostrémosle a Cali el orgullo que sentimos por ser sus hijos, izando nuestra bandera, regalémosle a Cali no solo una sonrisa sino el compromiso fiel de hacer de ella la mejor ciudad capital del país.
Reconozcamos que hemos cometido errores pero que ya es momento de pasar la página y empezar a escribir una nueva historia. Comprometámonos en el respeto por la vida, en trabajar honestamente y sin sacar ventajas del otro, asumamos nuestras responsabilidades como ciudadanos.
No nos conformemos con tener una Cali soñada que dependa de los
funcionarios de turno. Mejor empecemos a trabajar por Cali. Nada nos cuenta hacer las cosas bien y por amor. Proyectémonos como la capital del Pacífico
y que no nos dé miedo abrir las puertas a otras culturas y a propuestas que nos permitan crecer.
Cali nos pide a gritos que nos pongamos la camiseta por ella. Y para hacerlo, empecemos con pequeñas acciones como saludar al vecino, enseñarles a los peatones a usar la cebra, invitar a los conductores a moverse bien por las calles Cali, estar al día con nuestras obligaciones tributarias, amar los símbolos que nos dan identidad y; especialmente, entender como dice, nuestro himno:
“Nuestros padres ganaron la guerra y nosotros ganamos la paz”.
Feliz mañana para todos.
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