Por: José Renán Trujillo
Los sistemas integrados de transporte masivo se plantearon como una eficaz solución a la deficiencia encontrada en la prestación del servicio de transporte urbano de pasajeros en grandes ciudades del país. Paradójicamente hoy, se han convertido en un rosario de quejas e inconformidades por parte de algunos usuarios.
Ciudades como Cartagena, Barranquilla, Medellín y Bucaramanga, así como Bogotá, Pereira y Cali se montaron en los buses articulados para ofrecer una mayor calidad en la movilidad. Todo esto bajo una figura en donde se convocaba la inversión privada ligada con la pública.
De allí partió el esquema de cofinanciación. Adicionalmente, las ciudades se vieron abocadas a emprender una serie de cambios en su malla vial para que el sistema circulara a través de unos corredores especiales.
El objetivo central propuesto era la prestación de un servicio eficiente que contribuyera al crecimiento ordenado del territorio y al uso racional del suelo urbano que promoviera el uso del transporte público y la eficiencia en el uso de la infraestructura vial.
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| Foto: Estacion del M.I.O de www.wikipedia.org |
Sin duda alguna, un proyecto con visión de futuro. En el caso particular de nuestra ciudad, Cali, ha venido recibiendo los desembolsos de la nación bajo el esquema de lo pactado hasta el año 2018. Pero la situación real que afronta el sistema; es la de no haber logrado atender la demanda necesaria para el punto de equilibrio que le garantice estabilización financiera, lo que ha llevado a la administración a presentar un proyecto de acuerdo para que el Concejo Municipal autorice un subsidio del municipio de $340 pesos por viaje para los primeros seis meses dentro de un plan de choque contemplado para los próximos 36 meses.
El proyecto ha sido rechazado por el Concejo. Pero no hay que olvidar que el Sistema de Transporte Masivo de Cali está atravesando por una muy delicada situación que exige garantizar su sostenibilidad financiera. Por ello, todos los caleños sentimos que debe ser un próposito común, sacar adelante nuestro sistema de transporte masivo sin ahorrar el más mínimo esfuerzo.
Eso sumado a una buena actitud de nuestra parte en el cuidado de los buses y sus estaciones, hará que ese patrimonio se conserve en buen estado para ofrecer un servicio de calidad.
Tal vez el MÍO, nuestro sistema de transporte caleño, tenga muchos defectos. Pero llegó el momento de defender esa inversión hecha, que además, nos transformó de manera positiva el paisaje de nuestra ciudad.
Hagamos una cruzada por el MÍO. Y antes que seguir quejándonos, lancemos ideas para que nuestros líderes entiendan que el MÍO merece tener un mejor trato.
Les deseo un buen fin de semana para todos.
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