Por: José Renán Trujillo
Feliz mañana para todo el país:
En diciembre de 2015, se anunció el acuerdo sobre jurisdicción especial para la paz que habían logrado las partes negociadoras en La Habana. Ese acuerdo establecía la conformación de un complejo sistema judicial que llevara a establecer la responsabilidad criminal de los delitos cometidos durante y en el marco del conflicto.
En ese momento David Tolbert, presidente del Centro Internacional de Justicia Transicional, expresó que "la legalidad internacional contempla las amnistías bajo ciertas condiciones. siempre y cuando la amnistía se aplique con transparencia y claridad, y con estricto respeto a los límites establecidos por el propio derecho internacional, es un instrumento válido enfocado a la reintegración de fuerzas insurgentes en la sociedad. Por tanto puede ser un recurso apropiado y aceptable para la resolución jurídica de crímenes cometidos en el marco de un conflicto armado”.
Ese ese sentido, un paso fundamental que dio nuestro país, fue la aceptación de existir un conflicto armado interno porque siempre fue negado. En un reciente estudio, desarrollado por el Instituto de Pensamiento vinculado con el Centro Internacional de Justicia Transicional, se analizó que esa aceptación de la existencia de un conflicto interno armado en Colombia, daba lugar a la generación de implicaciones de carácter político y jurídico y supone la consideración de las Farc no como un delincuente común, sino como un actor político alzado en armas contra el estado.
Por lo anterior, el comportamiento criminal del grupo insurgente, quedaría involucrado en los tipos penales calificados como "delitos políticos” que en nuestra legislación penal están definidos como “delitos contra el régimen constitucional y legal”;en el título XVIII del Código Penal. Y es sobre esta base que se fundamenta la exigencia de las Farc, siendo un punto de honor para avanzar en la negociación con el gobierno.
Confiemos en que la sensatez prime; y que el denominado cónclave sumado al 'fast track' aprobado en el Congreso, den vía libre a los puntos que mantienen con visos de dilación el proceso.
Colombia entera anhela buenas noticias que mantengan la fe y la esperanza.
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