Por: José Renán Trujillo
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| José Renán Trujillo |
Entre las diversas reacciones que ha generado el acuerdo final con las Farc hay una que debe ser objeto de la lupa del gobierno nacional y de los organismos de seguridad del estado: el pronunciamiento del ELN.
A través de su periódico oficial "Insurrección" han expresado que respetan pero no comparten la esencia de los acuerdos firmados entre el gobierno del presidente Santos y las Farc.
La agenda pública que acordaron los voceros de la segunda guerrilla existente en nuestro país y los voceros del gobierno fue de acuerdo a los lineamientos trazados en el último congreso realizado a finales del año 2014. Esos lineamientos definían que los diálogos tendrían el carácter de exploratorio en razón, según los líderes del ELN, a que no ven clara voluntad de paz del gobierno nacional; lo que evita trazar una ruta definitiva hacia un entendimiento.
En el mismo pronunciamiento dejan claro que desde hace 23 años vienen buscando con los diferentes gobiernos de turno una salida política al conflicto pues dicen estar convencidos que el futuro y destino de Colombia no es la guerra.
Dejan entrever que sus convicciones les hacen buscar los caminos de entendimiento y las soluciones dialogadas pues aceptan la guerra como el último recurso al que la clase en el poder, dicen, les ha obligado a mantenerse asumiendo el derecho a la rebelión; lo que no cambiará de continuar ese mismo esquema funcionando.
Y finalizan con consideraciones que en poco o nada se alejan de lo que siempre ha sido el lenguaje utilizado en su accionar, lo que les ha caracterizado como una guerrilla que dice estar dispuesta al diálogo pero que no abre las compuertas para que este dé inicio formalmente y avanzar en consolidar un pacto por la paz.
Considero que el Gobierno tiene ahora una tarea adicional, a las que ya tiene: debe continuar con el control de las Bacrim y del resurgimiento del paramilitarismo en diferentes zonas del país.
Solo así podremos hablar de una paz estable y duradera como tanto se promulga en los acuerdo de La Habana.
¡Feliz día!
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