Por: José Renán Trujillo
La situación da a pensar que medidas como el pico y
placa no son lo suficientemente efectivas. Se estima que con la
restricción de pico y placa por día dejan de circular unos 76.170 automotores en la
ciudad. Y en Cali hay matriculados 658.165 vehículos. Sin embargo,
creo que falta contar los automotores que se mueven por nuestra ciudad con
placas de municipios vecinos como Palmira, Jamundí, Guacarí o Buga, de lugares como Popayán, Bogotá o
Medellín.
Así que en nuestra ciudad pueden, perfectamente; estar circulando unos 700.000 vehículos o tal vez más. El Concejo de Santiago de Cali estudia por estos días una propuesta, la cual contempla que los dueños de vehículos paguen $2.578.680 y que durante un año estén exentos de la medida de pico y placa, es decir, que puedan circular sin restricción. Además, que los dineros recaudados servirán para lanzarle un salvavidas a la financiación del MÍO y apoyar proyectos de ciclorrutas, andenes y vías; así como programas para la mitigación de contaminación ambiental vehicular.
El Alcalde Armitage ya ha empezado a hacer cuentas de
un “estimado” de vehículos que podrían sumarse a la medida; ha
llegado a calcular, incluso, cuánto dinero se recaudará, pero, con todo
respeto Señor Alcalde ¿no será que las cuentas son muy alegres? No se
confíe, de pronto, los caleños prefieren seguir madrugando, pagar taxi o Uber ahorrándose una buena cantidad de dinero, que está muy por debajo de los $2.578.680.
Es cierto que los recaudos serán destinados al mejoramiento de las rutas, pero si con el pico y placa, en condiciones normales, hay embotellamientos, ¿qué pasará cuando entren más vehículos a circular libremente? Solo nos resta pedirle al Concejo que la decisión sea la más sensata para el bien de una ciudad que cada día se queda sin vías, bien sea porque están en mal estado, porque se reducen carriles o porque los llamado laboratorios viales se convierten en medidas definitivas que poco o nada ayudan a la movilidad.
Es cierto que los recaudos serán destinados al mejoramiento de las rutas, pero si con el pico y placa, en condiciones normales, hay embotellamientos, ¿qué pasará cuando entren más vehículos a circular libremente? Solo nos resta pedirle al Concejo que la decisión sea la más sensata para el bien de una ciudad que cada día se queda sin vías, bien sea porque están en mal estado, porque se reducen carriles o porque los llamado laboratorios viales se convierten en medidas definitivas que poco o nada ayudan a la movilidad.
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