jueves, 15 de septiembre de 2016

Hoy nuestras familias tienen conformaciones particulares.

Por: José Renán Trujillo


José Renán Trujillo
Mientras algunos se han enfrascado en las discusiones por el Sí o por el No a los Acuerdos de La Habana, ayer en el país pasó sin pena ni gloria una discusión importante:  La Comisión Primera del Senado aprobó en primer debate el proyecto de referendo que prohíbe la adopción a parejas del mismo sexo y a personas solteras.

Este es el primero de los cuatro debates que se deben surtir para llegar a una decisión final. Senadores como Alfredo Rangel, José Obdulio Gaviria, Jaime Amín, Hernán Andrade, Eduardo Enríquez Maya, Roberto Gerlein, Vivian Morales, Carlos Fernando Motoa, Germán Varón y Manuel Enríquez Rosero reflejaron en su votación por el Sí al referendo, una postura poco incluyente, radical y en extremo conservadora al negarse a la posibilidad de que niños, en situación de abandono, puedan disfrutar de una familia.

Entre tanto, Claudia López y Juan Manuel Galán, están librando una batalla para que parejas del mismo sexo, así como personas solteras, puedan acceder a la adopción.

Hoy nuestras familias tienen conformaciones particulares: niños que son criados por un solo padre porque el otro no quiso asumir la responsabilidad o porque falleció; asimismo, están los niños que terminan siendo criados por la abuela y una tía 
porque los padres están muy ocupados buscando el sustento diario; o los casos en que el padre y el hermano mayor, dos hombres, deben velar por el cuidado y bienestar de los más pequeños.

La estructura de la familia se ha transformando.

Entendamos que de nada nos sirve tener hijos en un hogar de padres heterosexuales, que diariamente se trenzan en conflictos.  Eso es más lesivo porque ese niño nunca asociará, de manera positiva, que la vida en pareja es amor, por el contrario, lo verá como una experiencia nefasta que no querrá vivir.

Pero si un niño tiene un hogar monoparental o de padres homosexuales, muy seguramente será un ciudadano que entenderá el valor de la diferencia, 
la tolerancia y el amor incondicional.

Señores, de nada nos sirve negar ciertas realidades.Tal vez en nuestro país nos neguemos a ciertas cosas porque nos parezcan escandalosas, pero recordemos que el mundo va a otro ritmo.  

Buen día. 


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