viernes, 14 de octubre de 2016

Que todos los sectores aporten al logro de la paz.

Por: José Renán Trujillo

Por: José Renán Trujillo

Un poco más del 63% de colombianos habilitados para votar a favor o en contra de los acuerdos de La Habana, decidieron no acercarse a las urnas el pasado 2 de octubre. La cifra se traduce a unos 20 millones de colombianos. Sin duda, es la mayoría, si se toma en cuenta que de participar por una opción; inclinarían la balanza de manera definitiva e irreversible.
¿Cómo categorizar o segmentar esa población? 

Convocándola a opinar tal y como en una nueva demostración de demócrata integral, ha realizado el Presidente de la República con su Diálogo Nacional para la Unión y la Reconciliación. Con esa convocatoria, de inmediato deberán salir los voceros de los diferentes grupos ciudadanos a expresarse.
Ya lo han hecho los empresarios, los miembros de las iglesias católica y cristiana, los opositores y hasta los rectores y estudiantes de las universidades. Estos últimos, son quienes han ejercido la mayor presión social para que las conversaciones lleguen a puntos concretos. Como bien lo han manifestado, ellos no son ni del Sí ni del No integran esa sociedad colombiana que exige respuestas. Ellos abogan para que el proceso no se dilate y quieren evitar que el paso del tiempo diluya su importancia y la prioridad nacional.
Nunca  he sido amigo de la fijación de términos en el tiempo, desde que se anunció, oficialmente, la apertura de las conversaciones en La Habana. Pero en este momento es indispensable colocarlos.

Ayer, el Presidente salió a rendir cuentas sobre cada uno de los encuentros que ha tenido para la modificación de los acuerdos y de paso a anunciar la ampliación del cese al fuego hasta el 31 de diciembre. Una decisión que a todos nos brinda cierta tranquilidad porque es la certeza de que no se disparará un fusil más.


Hoy, es necesaria y urgente, la entrega de propuestas que sean viables y realizables  pues el mayor clamor nacional se ajusta a no permitir que pasen los días sin ir concretando posiciones realistas. Aunque los militantes del Centro Democrático hoy aseguren que la mitad de los colombianos votaron por el No, creo que vale la pena recordarles que esa votación mayoritaria no alcanza a ser un cuarto del potencial electoral del país. Además, ¿El cien por ciento de los votantes por el No pertenecen al Centro Democrático? ¿Quién puede aseverarlo?
Eso dista del hecho de que ese colectivo, en una jugada de primera mano, haya asumido la vocería para tratar de imponer su criterio en la mesa de conversaciones, con los voceros designados por el gobierno.
Pero quienes diariamente asistimos a ver una faena de conversaciones; hoy, solo pedimos que en ese Diálogo Nacional para la Unión y la Reconciliación, el Centro Democrático presente sus propuestas, y que también lo hagan las diferentes iglesias y los sectores sociales que se abstuvieron de salir a ejercer el libre derecho al voto. 

Que lo hagan todos los que crean que pueden aportarle algo útil a lo ya acordado. Pero con límite en el tiempo para que no se convierta esto en una parodia en lugar de otorgársele el tratamiento de tema de estado que exige.
Feliz fin de semana. 


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