Por: José Renán Trujillo
Se acerca el momento de que el pueblo norteamericano escoja al presidente que regirá los destinos de la nación.
Nevada, Iowa, Ohio, Carolina del Norte y La Florida son los estados que pesan con mayor rigor en esa definición. El péndulo se moverá hacia donde el electorado de esos lugares de la unión americana se incline.
Esta ha sido una campaña virulenta. Con ataques de lado y lado. Y con mayor violencia verbal de Trump hacia Hillary Clinton; quien, sin quedarse esta rezagada, ha mostrado un grado mayor de decencia.
Hillary había tomado distancia después de los debates transmitidos por televisión a todo el país. Y estos sirvieron para sacar a luz, el conocimiento y la experiencia de la ex secretaria de estado y no la novatada; sino la total ignorancia de Trump en el manejo de la cosa pública.
La sociedad norteamericana gira de una manera muy peculiar en este tipo de procesos. Poco interés le genera las situaciones de índole personal y menos, el claro desconocimiento del manejo del estado.
Busca candidatos que le sean cercanos a sus problemas cotidianos, y que para la solución de ellos, le plantee en lenguaje sencillo y fácil de entender sus propuestas.
Quien le hable con las palabras que sus oídos quieren escuchar se convierte en el de su predilección.
Trump ha reiterado cada vez que puede, que construirá un muro que lo separe con claridad de la población mexicana.
Mientras tanto su esposa Melania plagia, sin sonrojarse, un discurso de la primera dama Michelle Obama o protagoniza un escándalo por la publicación de unas fotos donde aparece desnuda.
Todos estos temas, que causan hilaridad, son poco o nada relevantes para la vida futura de la primera potencia en el orden mundial.
Sin embargo, el tema económico jugará un papel muy importante al momento de la decisión final. Como es natural, el principal ataque del Trump es la continuidad en políticas del Presidente Obama, en caso de ser electa Hillary Clinton.
“La situación de la economía es desastrosa” dijo Trump en el estado de La Florida. La economía estadounidense ha mantenido en los últimos años, una tasa de crecimiento del 2%, Trump promete en campana doblarla hasta el 4% o incluso más. Mientras tanto Clinton le acusa de buscar beneficiar tributariamente solo a los ricos como él.
Ataques van, ataques vienen. Lo cierto es que las encuestas hoy muestran un empate técnico. ¿De aquí al 8 de noviembre variarán sustancialmente las preferencias? ¿o nos volverán a dar una sorpresa con resultados en las urnas totalmente diferentes a los que ellas preveen?
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