martes, 1 de noviembre de 2016

La cultura ciudadana empieza por el ejemplo de los gobernantes.

Por: José Renán Trujillo

José Renán Trujillo

“Yo garantías no doy de nada de nada. Yo no construyo nada para dar garantías. No le doy garantías a mi mujer, para darte garantías a vos…”

La infortunada frase proviene ni más ni menos que del mandatario caleño Maurice Armitage. Se dio en un encuentro con la prensa local que le formulaba sus inquietudes frente al desalojo en el Jarillón del Río Cauca sobre algunos abusos que, según denuncias, se han cometido en contra de los habitantes del lugar a quienes les destruyeron sus casas levantadas irregularmente en el sitio. 

La frase, no cabe la menor duda es totalmente desacertada, lesiona visiblemente la imagen del Alcalde y justo en la llamada Semana de la Cultura Ciudadana. Mucho me pregunto si esos desaciertos permanentes son producto de reacciones impulsivas o de salidas debidamente meditadas o si simplemente corresponden a un temperamento, a la forma de ser de la primera autoridad caleña. Sea lo uno o lo otro no es un buen ejemplo para un gobernante que se precia de tener un gabinete incluyente y con amplia participación femenina, su mensaje es un contrasentido en una sociedad que cada día intenta reivindicar el papel de la mujer, y condenar los abusos y faltas contra su dignidad. Que triste que el mandatario de una ciudad le haya respondido así a una periodista, solo por que le cuestiono las decisiones tomadas sobre el Jarillón.

Preocupante también la actitud de Armitage de pedirle a los periodistas que no le hagan “mala publicidad”. Petición que le he escuchado más de una vez más situándolo en cotravia uno de los principios del periodismo la objetividad y es decir la verdad de las cosas, tal y como son.

Hace unos días Gustavo Álvarez Gardeazábal manifestó en su columna de El Jodario que el Alcalde estaba “diciendo bestialidades como esa de que si viviera en Siloé y no tuviera con qué comer, él, de ser muchacho, se iba al centro a robar celulares”.

Otro desacierto que lesiona la imagen de los habitantes de un sector icónico de la ciudad, habitado por personas que día a día se levantan con la ilusión de trabajar de manera honesta para sacar a sus familias adelante. Es cierto, es un sector con muchos problemas sociales, pero creo que los buenos que habitan Siloé son más.

Todas estas situaciones me dan pie para preguntar: ¿Será que esa platica, los 2.430 millones de pesos invertidos en su programa de gestores culturales así como otra cantidad de dinero que se piensa invertir, serán en vano?

La cultura ciudadana debe empezar por la primera autoridad de la ciudad dando ejemplo; y la verdad, de eso, estamos viendo muy poco.



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