Por: José Renán Trujillo
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José Renán Trujillo |
De manera reiterada le hemos escuchado decir al Presidente de la República, que la razón de ser de todo proceso de paz es la elegibilidad política de quienes han estado alzados en armas y optan por el camino de deponerlas, cesar en la lucha armada, reconocer y someterse a la ley y poder participar del debate democrático desde la legalidad.
Ese ha sido el marco de los acuerdos logrados en otras latitudes.
Conocido por todos es, que el tema que no sufrió modificación alguna después de la victoria del No en las urnas y la posterior reinstalación de la mesa de La Habana para la revisión del primer documento; su ajuste y redacción final en el denominado acuerdo del Teatro Colón, fue precisamente el de la elegibilidad de los jefes de las Farc.
Si queremos de verdad por convicción y no solo por simples posturas de apariencia, la paz estable y duradera; debemos ir acostumbrándonos a una serie de cambios en las concepciones que hasta el momento muchos compatriotas asumen.
Por ejemplo, aceptar que el acto de ofrecimiento de perdón a los familiares de los diputados vallecaucanos asesinados por las Farc en cautiverio, realizado el pasado sábado en la tradicional Iglesia de San Francisco aquí en Cali, a través del vocero de la cúpula fariana Pablo Catatumbo; fue su presentación oficial como coordinador político del nuevo grupo en el escenario político del país. Esa es mi interpretación de sus palabras en el evento que, reconozco, era esperado por las familias que tanto han sufrido la pérdida de sus seres queridos; como esperado por los vallecaucanos. En mi sentir, el fondo a interpretar; es el mensaje de presencia activa en la presentación de posturas políticas.
El primero en hacerlo fue su propio comandante en jefe Rodrigo Londoño; cuando en el Teatro Colón, planteó la propuesta de un gobierno de transición y al explicarla, confluyó en el impulso que darán, sin candidato propio, en las elecciones presidenciales; a la más amplia unidad de los partidarios de la paz desde la primera vuelta presidencial.
Ahora el segundo en proceder, en idéntico sentido, ha sido Pablo Catatumbo al expresar: “pueden tener la certeza que realizamos un esfuerzo riguroso por incluir dos visiones de país,que sin duda nos conducirán a la solución de problemas históricos que han impedido nuestra consolidación como una nación solidaria,moderna y soberana.” Posteriormente, en declaraciones a medios, convocó a la unión de las tendencias de izquierda para unirse en el propósito de trabajar por un nuevo país.
Si lo anterior; no es el acelerador puesto al ejercicio político de las Farc, quisiera que me explicaran ¿qué es entonces hacer política?
Y está bien que así sea; pues visto en el realismo que amerita, serán los voceros de las Farc quienes planteen con claridad ante el país sus propuestas políticas; pero teniendo como base fundamental un ingrediente que no podemos olvidar: que será el pueblo colombiano en las urnas, quien los acepte o los rechace.
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