lunes, 19 de diciembre de 2016

Repudio total merecen las amenazas contra el Arzobispo de Cali.

Por: José Renán Trujillo

José Renán Trujillo

Repudio total merecen las amenazas de muerte contra Monseñor Darío de Jesús Monsalve, Arzobispo de Santiago de Cali, que este fin de semana recibió un panfleto en el que se leía "Muerte a las Farc, a Santos y a los clérigos comunistas".

Para nadie es un secreto que Monsalve ha sido uno de los grandes activistas de la paz; como lo hemos sido muchos colombianos que, con convicción, desde nuestros diferentes espacios y tribunas hemos profesado interés por vivir en un territorio de paz.

Amenazar al Arzobispo de Cali es un acto de bajeza, absurdo, irrespetuoso y sin sentido que nos lleva a cuestionar profundamente los valores que rigen nuestra sociedad.

Y es que más allá de su investidura clerical Darío de Jesús Monsalve es un hombre, igual a cualquier ciudadano colombiano, que lo único que ha hecho es ser claro en sus planteamientos contra la violencia y que ha sabido emplear su posición para tender puentes de diálogo entre las partes en conflicto; igual, a como lo han hecho tantos colombianos que creemos que un estado de paz es posible. Por eso hoy, desde esta tribuna, invitó a los militantes de la paz a que rodeemos la Arzobispo Monsalve y manifestamos públicamente nuestro repudio a las amenazas. 

Monsalve no está solo. Sin temor a equivocarme podría decir que los 6.377.482 colombianos que votamos por el ‘Sí’ en el plebiscito respaldamos al Arzobispo de Cali y hacemos un llamado para que las autoridades tomen cartas en el asunto.

No nos podemos permitir repetir la historia. 

Ya en Cali, la violencia nos quitó un hombre de bien como Isaías Duarte Cancino en 2002. Y es absurdo que en tiempos de paz, un panfleto nos robe la tranquilidad. 

Hoy todos somos Monseñor Darío Monsalve, nuestro apóstol de paz.

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