viernes, 23 de diciembre de 2016

Un servidor público debe asumir con tolerancia las críticas sin acudir a las rabietas.

José Renán Trujillo 
Por: José Renán Trujillo



Nuevamente Gallup, mediante reciente encuesta, llama la atención de los colombianos sobre la gestión de sus Alcaldes.

Medellín y Barranquilla son las ciudades que cuentan con las gestiones mejor calificadas por la respectiva ciudadanía. Federico Gutiérrez y Alejandro Char son considerados los alcaldes de mejor gestión.

Nuestra ciudad, en cada encuesta, se va acostumbrando a la disminución del porcentaje de aceptación de quien ejerce la Alcaldía, generando una permanente sensación que ni gobierna ni señala rumbo claro como para que los caleños sepamos hacia qué puerto nos estamos dirigiendo. Cada día las velas del barco esperan nuevos vientos; sin resultados favorables.

El Alcalde de Cali arrancó su mandato con una favorabilidad de 69 puntos. En aquel aparente lejano momento, su imagen negativa era del 19%. Hoy, sin haberse cumplido el primer año del periodo, posee un 65% de favorabilidad y un 31% que considera su tarea nada aceptable en la ciudad.

Alejandro Char, primer mandatario de Barranquilla, empezó su labor con 86% de favorabilidad; hoy posee un 88%. El de Medellín, que a diferencia de Char llega por primera vez a la conducción de la ciudad, inició labores con 78% favorable, hoy sus conciudadanos le otorgan 86 puntos de aceptación.

Esta encuesta a diferencia de las normales que miden periodos de gestión, analiza el año pronto a cumplirse lo que permite un grado más alto de análisis al desenvolvimiento de los diferentes alcaldes en el país.

Es claro, que hay que empezar a medir los resultados en los diferentes campos de gestión. Quien opta por el camino del sector público, así sea de manera temporal, debe aceptar como requisito adicional, el recibir sino con agrado al menos con tolerancia las críticas sean estas constructivas o no. 

Un servidor público está, como bien lo lleva implícito su nombre, para servirle a la ciudadanía que le otorgó un respaldo mayoritario en las urnas. Lamentables, por decir lo menos, son las explosiones inadecuadas de rabietas que genera la falta de tolerancia y de aceptación a la crítica.

Y cuando arranque el ambiente electoral nacional, que no se vaya a salir con la tesis que es por hacer política que se presentan sugerencias o recomendaciones además del análisis que no siempre será cargado de las expresiones que el gobernante de turno desea escuchar.

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