José Renán Trujillo Garcia
@JoseRenanTG
Johannesburgo fue el escenario para conmemorar los 100 años del nacimiento de Nelson Mandela. Y su principal protagonista, el expresidente Barack Obama, aprovechó la oportunidad para reaparecer haciendo un diagnóstico del momento por el que atraviesa el mundo; avanzando en algunas importantes recomendaciones para enfrentar los problemas actuales de un orbe convulsionado.
Inició con un parangón entre Lincoln y Mandela dentro de un marco de igualdad y justicia en medio de la democracia, la libertad y el respeto de los derechos humanos, sistema que en medio de sus imperfecciones dio paso de avanzada hace 25 años, después de la caída del comunismo y el fin del Apartheid y las dictaduras militares latinoamericanas.
Fue el mismo sistema que sacó adelante la igualdad de la mujer y las minorías sexuales, religiosas y raciales. Ese mismo que sacó de la pobreza a más de mil millones de personas.
En su discurso, Obama planteó que la principal falla de la democracia liberal ha sido haber permitido el crecimiento de la desigualdad en las últimas décadas, añadiendo que el hecho se vio reforzado por el impacto de la gran recesión de 2008, que elevó el desempleo y además socavó el prestigio las instituciones a cargo del manejo económico.
El diagnóstico, por demás desolador, es que han llegado al poder numerosos líderes autoritarios que desprecian la democracia, la libertad de expresión y los derechos humanos, impulsan la protección económica y las guerras comerciales, y menosprecian las instituciones de cooperación internacional.
Para Obama, la opción es fortalecer la democracia liberal, corrigiendo sus problemas y defendiendo la igualdad y los derechos humanos. La clave, según él, es encontrar mecanismos eficaces para reducir la inequidad y promover en forma efectiva la igualdad de oportunidades.
La gran preocupación de Obama es la defensa de la democracia que debe basarse en instituciones fuertes y la protección de las minorías. Señala que la democracia no puede funcionar sin la verdad y se lamenta que los líderes autoritarios mientan en forma sistemática, desprecien los debates y combatan los medios de comunicación que los cuestionan y los ponen en evidencia.
Gran mensaje de Obama: de esperanza, triunfo de la libertad y la democracia.
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