Vuelven a soplar vientos de
paz en Colombia. Así pareciera con los anuncios de visita del presidente
español Pedro Sanchez Perez-Castejon quien trae en su agenda, el ofrecimiento
del suelo ibérico como nueva sede de la continuidad de los diálogos con el ELN.
Esto trae a la memoria antecedentes históricos con relación a ese grupo al
margen de la ley.
Hacia Octubre de 1998, Horacio
Serpa Uribe calificó el proceso de
reconciliación iniciado en aquel momento
como una experiencia de paz novedosa por no parecerse a ninguna otra realizada
en Colombia con las organizaciones guerrilleras desmovilizadas en gobiernos
anteriores al en ese momento en ejercicio.
El ELN otorgó un papel
protagónico a la sociedad civil en el proceso, lo que evidenciaba sus anhelos de involucrar a todos
los colombianos en la formulación de iniciativas a través de una Convención
Nacional. El acuerdo suscrito en ese mes y año
dio inicio a un recorrido que debió conducir a decisiones fundamentales
en temas como el Derecho Internacional Humanitario, derechos humanos,
impunidad, justicia, insurgencia y conflicto, recursos naturales y política
energética; democracia, estado, fuerzas armadas y corrupción; economía y
problemas sociales; cultura e identidad; nación, región, ordenamiento territorial,
problema agrario y narcotrafico.
Era una agenda amplia de
deliberaciones que de haber sido exitosa se hubiese constituido en punto
obligado de referencia sobre resolución de conflictos armados no
internacionales. Sin embargo no lo fue. Cuando de lograr la paz se trata no
solo hay que actuar con
los pies sobre la tierra sino evitando los excesos de optimismo para
evitar caer en inmensas frustraciones.
Se abre nuevamente una inmensa
luz de esperanza con el anuncio que llega con la visita del Presidente de España
a este país cansado de la guerra y la violencia y con una marca indeleble de incertidumbre y falta de
credibilidad. Lo fundamental es que se asuman las conversaciones con el ánimo
abierto para lograr el éxito de la agenda que se acuerde. Y que la importancia
de la sociedad civil y del conjunto de la sociedad sea prioritaria en la
generación de espacios favorables a la reconciliación.
¡La paz, ahora con el ELN
sigue siendo asunto de todos!
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