Por: José Renán Trujillo
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José Renán Trujillo |
“Bajo el peso de una honda emoción me dirijo a vuestra excelencia sabiendo que interpreto el querer y la voluntad de esta inmensa multitud, que cobija su ardiente corazón, lacerado por tanta injusticia, bajo este silencio clamoroso, para pedir que haya piedad y tranquilidad para la patria”.
Con esas palabras, dio inicio a la manifestación del silencio el 7 de febrero de 1948, dos meses antes de su asesinato, el ideólogo y líder socialdemócrata que ha tenido este país; Jorge Eliécer Gaitán.
Era otro el momento y las circunstancias claro; pero en nada difieren del clamor que sale hoy, de millones y millones de colombianos que anhelamos que esta oportunidad, cuyo camino para convertirla en realidad hemos iniciado; sea la apertura hacia la consolidación de la paz al aprobarse mayoritariamente, como espero que suceda, el plebiscito del domingo.
Gaitán presidió una manifestación colmada de colombianos llegados de todas las regiones del país. Hoy cada colombiano espera con ansiedad en cada departamento y municipio de la geografía colombiana, el pronunciamiento en las urnas abrigando una esperanza por un destino sin más violencia, al menos proveniente esta; del antiguo grupo guerrillero de las Farc.
En la manifestación del silencio de Gaitán no hubo un solo grito, pues tal como lo señaló: “Porque en el fondo de sus corazones se agolpa la emoción; pero como en las tempestades violentas la fuerza subterránea es mucho más poderosa y esta sabe que tiene el poder de imponer la paz cuando los obligados a imponerla no la imponen”.
Nuestro Presidente es un ciudadano que a todas luces ha demostrado su convicción demócrata; su confianza en el poder del pueblo ejercido en las urnas.
Por ello hoy, cuarenta y ocho horas antes de la apertura de esas urnas, para definir el futuro de Colombia con un Sí o No; acudo a la fuerza subterránea que mencionó Gaitán, para pedirle a todos que acudan a las urnas a conciencia. Que voten por la crucial decisión de parar la guerra con las Farc y abrir ese espacio de concordia para las actuales y futuras generaciones.
En su oración, Gaitán dijo: “amamos hondamente a esta patria nuestra y no queremos que nuestra nave victoriosa navegue sobre ríos de sangre”.
Y culminó expresando: “Bienaventurados los que no ocultan la crueldad de su corazón, los que entienden que las palabras de concordia y de paz no deben servir para ocultar los sentimientos de rencor y exterminio”.
¡El domingo, votare Sí!
Y respetaré, sin duda alguna, la decisión que el pueblo tome.
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