miércoles, 7 de septiembre de 2016

Humberto de la Calle es garante,de haberse preservado la Constitución

Por: José RenánTrujillo

Foto: José Renán Trujillo

Humberto de la Calle además de sus reconocidas capacidades como jurista, sustenta sobre sus hombros dos privilegios: el haber sido ministro de gobierno de Cesar Gaviria y haber actuado como  guardián de la reforma a la Constitución de 1886 que culminó con la expedición de la Carta Política de 1991; y el haber ejercido, como jefe del equipo negociador  del gobierno en los diálogos de La Habana.
 
Y afirmo que son privilegios porque conocer las normas jurisprudenciales, constitucionales y legales; le otorga un bagaje amplio para saber cuáles eran los límites o líneas rojas hasta las que podía llegar en la negociación de los diferentes puntos de los acuerdos que llevaron a la firma del acuerdo final con las Farc, sin rebasar los límites establecidos en la Ley.
 
Solo la experiencia y el conocimiento podían brindar la garantía que hoy podemos tener los colombianos al saber que no se han violentado las normas de nuestra constitución sino, por el contrario, ser conscientes de que se han preservado de tal forma, que seguirán siendo la base fundamental para que el Congreso pueda proceder a la expedición de las leyes que se requieran para brindar el soporte necesario de blindaje jurídico al acuerdo que será objeto de firma oficial el 26 de septiembre y de refrendación en las urnas el 2 de octubre.
 
De la Calle, además, por su condición nadaísta es un pragmático; y como buen lector, un pedagogo que, con lenguaje claro, sencillo, directo, ha ido logrando en sus variadas entrevistas de televisión, radio y medios escritos hacerle entender a los colombianos el farragoso texto del acuerdo. Cada vez que sale un alto protagonista de la vida política nacional con algún tipo de equivocación en la interpretación y comprensión del texto, de inmediato tiene la respuesta concreta que con paciencia y buen ánimo le esgrime Humberto de la Calle para convencerlo con su acertada argumentación.
 
Con sus salidas está cambiando lo supuesto a lo  verídico, la desinformación a lo redactado y acordado oficialmente, la tergiversación malintencionada, al escenario  de lo irrefutable.
 
Ese estilo de pedagogía es la que se requiere, para que cada colombiano entienda y se entusiasme en ir a las urnas.


 

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