lunes, 10 de octubre de 2016

"La fuerza de los jóvenes; se está sintiendo con decisión".

Por: José Renán Trujillo

José Renán Trujillo
Durante los años en los que vivimos la guerra, la llamada resistencia civil dio cuenta de aquellos pueblos que se negaban a que sus territorios se convirtieran en campos de guerra. 


Y desde la semana pasada, con todos los episodios que desencadenó el plebiscito, hemos venido presenciando otro tipo de resistencia civil y pacífica liderada por los ciudadanos más jóvenes de nuestro país. 

Esta vez ellos han salido a las calles, han invitado y se han movilizado masivamente no para rechazar, repudiar, reclamar o exigir lo han hecho para expresar, desde el silencio, que la paz es un derecho y que es justo y necesario

de que esta toque las puertas de cada uno de los ciudadanos colombianos. 

Han optado por hacer de sus aliados a la música, las artes escénicas y demás expresiones culturales y artísticas para expresar su deseo de querer vivir en un territorio pacífico. 


No son partidarios ni del Sí ni del No, son militantes de la verdad y de la sana intención de que se dejen a un lado los colores políticos y que todos y cada uno trabajemos en sana convivencia en un país que está llamado a escribir una nueva historia.  

Desde la semana pasada, bastante convulsionada por cierto, nuestros jóvenes han venido tomando un protagonismo inusitado, al punto que tras una de las primeras manifestaciones cumplida el miércoles en Bogotá, uno de los primeros en reaccionar fue el vocero de las Farc, Iván Márquez, quien a través de un trino expresó “Ante ese respaldo multitudinario de Colombia a la paz, juramos no dar marcha atrás”.
La displicencia de quienes no creen en la fuerza de la juventud, además de su reprochable actitud; demuestran tener muy mala memoria. Quizá por ello viven tan alejados de la realidad nacional.

Olvidan, por ejemplo, para solo mencionar un hecho relevante en la vida del país, el movimiento de la séptima papeleta. Los jóvenes, en aquel momento, con perseverancia, sin atropellos, con la palabra como única arma de combate, insistieron de tal manera en su propósito, que lograron su objetivo y contribuyeron con su decidido accionar a la convocatoria de la Asamblea Nacional Constituyente cuyas deliberaciones concluyeron con la expedición de la Constitución Política que desde 1991 rige la vida nacional.
Muchos intentarán quitarle valor a estas expresiones juveniles tildándolas de reacciones coyunturales, pero hay una gran verdad que debemos reconocerla fuerza de los jóvenes se está sintiendo con decisión.
Es muy grato observar estudiantes de las diferentes universidades caleñas llevando, con orgullo, pancartas con una frase sacada del glorioso himno de Santiago de Cali: “nuestros padres ganaron la guerra y nosotros ganamos la paz”.
Muchachos: ¡No desmayen ni por un segundo! Ustedes representan nuestro vibrante futuro.
Buen día. 

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