Por: José Renán Trujillo
![]() |
José Renán Trujillo |
Una guerra civil es considerada cualquier enfrentamiento bélico, donde los participantes están generalmente formados por dos ejes políticos contrarios.
Tal fue la expresión utilizada a lo largo del discurso que pronunció la presidenta del cómite del Nobel de Paz, en el acto de entrega del premio al presidente Juan Manuel Santos; quien utilizó la expresión conflicto armado para referirse a la confrontación que hemos vivido los colombianos por más de cincuenta años consecutivos.
Nuestro presidente, en un elegante salón, en medio del estricto protocolo noruego, recibió el Premio Nobel de Paz que denominó como el viento de popa que impulsó el logro de un acuerdo con las Farc.
Impecablemente redactado fue su discurso. En el, hizo lo posible, y lo logró, al no omitir detalle alguno para señalar la importancia que tuvieron para alcanzar el acuerdo, la voluntad de las partes, el respaldo internacional de Noruega, Cuba, Chile y Venezuela además del apoyo que desde el primer inicio prestaron todos los países del mundo, incluidos China, Rusia y los Estados Unidos.
Destacó el empeño y dedicación de los equipos negociadores, el respaldo de las víctimas y la comprensión y paciencia del pueblo colombiano que a pesar de haberse pronunciado negativamente en las urnas frente al plebiscito, ha estado de acuerdo con el logro de la paz con los ajustes que en este momento presenta el acuerdo recientemente refrendado por el Congreso de la República.
Fue emocionante el momento en que el auditorio, por petición de Santos, realizó un homenaje a los representantes de las víctimas que de pie recibieron una cerrada ovación. No se ocultaba en el rostro de ninguno de ellos, el profundo cruce de sentimientos que les embargaba.
De resaltar, el haber aprovechado la ocasión para convocar a una acción global contra las drogas pues expresó que esa guerra “no se ha ganado ni se esta ganando”.
Fue, sin duda, un acto de mensaje de ejemplo al mundo pero ante todo, a los colombianos de respaldo, de convocatoria a tener fe en el futuro; generando la capacidad de apertura y respaldo a las acciones que puedan concretarse en una paz real con las Farc, en una apertura de diálogo real con ELN, y en una acción sin contemplaciones contra las Bacrim y los focos que nuevamente empiezan a ser denunciados de Paramilitarismo.
El mensaje, fue de no rendirnos y avanzar sin desmayo.
Como colombiano, espero con todos los deseos de mi alma, que las palabras del Presidente Santos se conviertan en breve término en una realidad: que el sol de la paz brille, por fin, en el cielo de Colombia.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario