martes, 28 de junio de 2016

El futuro exige perdón,tolerancia y deponer los odios

Por: José Renán Trujillo


Amigas y amigos vallecaucanos,

“Esto que pasó ayer, me erizó, me llenó el corazón de alegría. Aunque tengo sentimientos encontrados, creo que el país merece escribir un nuevo capítulo en la historia y ese capítulo debe ser de paz. Como víctima directa, jamás pensé que esto llegara a pasar, pero sucedió. Mi padre tuvo que ser uno de los mártires para que esto se llegara a dar. Esperemos que la muerte de mi padre y de muchas personas, a causa de este conflicto, sirva hoy para acabar, por fin, con la violencia”.

Las anteriores expresiones son de Diana Echeverry, hija de Ramiro Echeverry Sánchez, oriundo de Palmira,  uno de los once diputados vallecaucanos asesinados un 18 de junio  por las Farc después de su secuestro el 11 de abril del año 2002.


Foto: Diana Echeverry de www.icesi.edu.co


Siendo su opinión  sobre los Acuerdos de La Habana, un pronunciamiento  para tener en cuenta en razón a la autoridad moral de quien lo dice, no menos importante son sus reflexiones de años atrás frente a su postura en el momento actual.

Dice, por ejemplo, Diana “ este proceso ha sido muy largo, mi mente no concibió ninguna firma, quería cárcel para los culpables, tenía odio y dolor, pero ya ves, la vida se encargó  de hacerme madurar, las experiencias que he vivido a lo largo de estos años me ayudaron a crecer y a cambiar mi pensamiento. He dejado de pensar solo en mi dolor y ahora pienso en el futuro de Colombia. Las víctimas directas de la guerra somos muchas, pero creo que, como conocemos el dolor en carne propia, deseamos que la guerra termine pronto. Yo perdoné, pero no olvidé porque perdonar no significa olvidar. Eso hace parte de la historia de  mi familia y de Colombia, por eso, es importante no olvidar para que jamás se vuelva a repetir”.

Sin duda una lección de vida como la de tantos otros que ven una luz de esperanza hacia adelante para lograr la reconciliación nacional.


Diana era una niña cuando los hechos del secuestro y del asesinato de su padre sucedieron. Hoy es una mujer que piensa en el futuro de Colombia. Un futuro que exige perdón, tolerancia y deponer los odios para lograr una verdadera paz que garantice la no repetición  de un pasado doloroso.

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