viernes, 21 de octubre de 2016

El Uribismo alborotó una vez más el cotarro político.

Por: José Renán Trujillo


El cotarro político, una vez más, está alborotado por cuenta del Uribismo y sus militantes.

José Renán Trujillo
Por un lado, el Consejo Nacional Electoral abrió investigación formal contra Juan Carlos Vélez, uno de los gerentes de la campaña por el no al plebiscito.  Dicha investigación se soporta en lo establecido en la Ley 1475 que dice “no se podrán realizar actividades ilícitas por ningún miembro de un partido, comité de campaña o grupo significativo de ciudadanos y además porque la publicidad puede violar los fines democráticos, de acuerdo a la reglamentación que se expidió para el plebiscito”.

De otro lado, intento entender qué papel quiere jugar el Senador Uribe en las situaciones que a diario él protagoniza. Como es su costumbre, dejó atrás a sus voceros para retomar su liderazgo y proponer, en una declaración de cinco puntos, que reafirmaba su compromiso para alcanzar un gran pacto nacional para salvar el proceso de paz.

Y algo que si pareciera tener el carácter de novedoso; es su anuncio de comprometerse a despojar de intereses políticos la discusión y a dejar al margen las aspiraciones del Centro Democrático en las presidenciales del 2018. Lo anterior, no sé si asombra más que el anuncio de estar dispuesto a reunirse con las Farc para construir un nuevo acuerdo de paz.

Pero ahí me surge una nueva inquietud sobre el juego que está planteando el Senador: ¿Por qué ahora sí está dispuesto a reunirse con las Farc cuando durante su Gobierno, varios mediadores se acercaron a él para propiciar dicho encuentro y permanentemente, él se negó?

Creo que mientras el proceso de paz se encuentre en el limbo no hay justificación alguna para abordar asuntos como una carrera presidencial.

Con todo respeto, eso suena a oportunismo y del más descarnado. Primero, lo primero. Debemos darle curso al tema de la paz para, con claridad, emprender un nuevo rumbo como país. En la actualidad, estamos en todo pero a la vez en nada.

De otra parte, nos queda esperar a que la justicia, en cabeza del magistrado Héctor Rojas avance en su investigación sobre el caso de Juan Carlos Vélez. El país merece respuestas y llegado, el caso, medidas para que la política se despoje de manipulaciones que deriven en un caos.

Se puede o no estar de acuerdo con las posturas del Sí o las del No; lo esencial es el planteamiento de argumentos realistas que permitan avanzar en ese Sí al acuerdo final; si es que de verdad eso es lo que se quiere. Jamás olvidando, eso si, que el Presidente, constitucionalmente en ejercicio, es Juan Manuel Santos, con funciones especiales otorgadas por un congreso democráticamente elegido y con una Corte Constitucional cuyo deber es la salvaguarda de la Constitución Política que rige la vida del país.


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